lunes, 29 de diciembre de 2008

Cuenta atrás...

A cada despertar forzado por la
intromisión de un rayo de sol serpenteando
entre maderas de 40 años, vuelves a tener
esa sensacion de Déjà Vu.

Todo son fragmentos de pequeños sueños,
todo es un: no se lo que ha pasado.
¿Qué me quiere decir esta imagen?
Recuerdo querer saltar, con alguien cogido
de la mano y perseguidos
por caras sin facciones. ¡Ey! Vamos, tu puedes,
huye, sal de esta calle borrosa.
Pero también recuerdo
no poder, y a mitad de salto volver a caer.

Abro la ventana, y se me viene a la cabeza
la Campiña Francesa; el sol, las verdes praderas,
los geometricos jardines, el lago, el Castillo...

pero al dar otro paso, vuelvo a alzarme entre edificios
y coches, entre farolas dormidas y una escabadora cansada.
Moisés abrió de nuevo el Mar Rojo, y tras las
aguas a modo de decorado francés, emerge de
nuevo la gran ciudad.

Mantengo (suplico al cielo) la esperanza de encontrar
algo de C(k)aos ahí fuera.
Pego una bocanada de aire,
pero sólo consigo subcionar virutas de serrín.

Cuando pisas el suelo de la calle
sabes bien a que atenerte;
¡tenga suerte, caballero! puede ser
un buen día.
Salude, ponga una sonrisa en su boca
y
verá como todo le es favorable.
Pero ante todo sonría y asienta.

Sin verlo venir te ves metido en
una circunferencia, que gira y no para;
ficha, bocata a las doce, lee el periodico
(asiente),
trabaja, rinde, aporta a la circunferencia.
Llega a casa, programa de ''Prime Time''.

Circunferencia cerrada. Sonría, ha cumplido con su labor.

Vida real, con resquicio de emulación de ''The Wall'',
todo es aplastante, ahogante. Todo gira en torno
A La Soga a modo de falso progreso encubierto,
en torno a maletines ansiosos de desbordarse.

Lees en periodicos, escuchas en radios, vees en televisiones.
¡¡¡Crisis!!! un sistema tan seguro, ahora moribundo.

Deudas, familias en Cáritas, dinero sin fundamento,
economia herida de muerte.

Pero ellos rien. Son Dioses retozando
en tus penas.
Y la gente continua inmovil,
anestesiada con sobredosis de
demagogia.

Nadie reacciona, o sólo unos pocos.
Se acomodan y ven pasar.
Asienten y esperan las decisiones
de un gobierno incompetente, incapaz
de hacer frente a esta Ola de mierda.

Despreciables y repugnantes.

Y en este momento piensas en La Inquisicion,
cambias brujas por politicos.

Las palabras chocan contra muros, pero
seguirás alzando más tu grito.
Protestas atrapadas entre sus
risas de: los amantes de lo ajeno.
Manifestaciones pacíficas,
absurdas en estos momentos.

Y no, no quieres llegar a ese
extremo violento, pero
te obligan.

Siguen mintiendo. Politicos corruptos,
banqueros ladrones. ¡Perros!
Miserables.

Las palabras, ahogadas en bolsas
de falsas esperanzas, observan
manifestaciones con consignas
sin convicción.

Destrózales en su propia
pocilga de oro,

con ese cosquilleo
trepando
por tu columna...

tres
dos
uno.

Prende la mecha.

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