domingo, 18 de enero de 2009

Toc, toc, toc, toc...

Todo hacía indicar
que este día
terminaría
como el día anterior.

Los minutos se deslizaban suaves
por el
reloj (vida),
las manecillas tenían ese baile
acompasado,
como esas negras contoneándose
con un Blues en el viejo Mississippi.
Como si pisase hojas por el suelo en un día otoñal.
Perplejo, mirando el reflejo de una luz, que
casi logra cegar mis ojos.

Toc, toc, toc, toc.
Ese sonido altera mi estado.
Me dirijo a la puerta,
pero al abrirla
no me encuentro con nadie...
Algo inquieto me pregunto.
¿Quién habrá sido?
y vuelvo a mi letargo.

Toc, toc.
¿Me oyes?, estoy dentro de ti.
Caí en la cuenta, no sin antes
dedicarle tiempo,
de que era mi
conciencia.
Tenemos que hablar, querido inquilino.
Locura transitoria, me digo
no es mas que eso, intento creer.

Pero la voz (inquietante)
seguía golpeando mi interior.

Buenas nuevas te traigo.
Después de discutirlo
durante mucho tiempo
con tu
OTRO YO,
hemos decidido
que eres un
fracasado.


No, le respondo furioso.
No quiero esa palabra
asociada a mí.
Conciencia, no podrás
conmigo.
Guerrero furioso (él)
que intenta destrozar mi esperanza
con un martilleo constante,
usando artimañas pretende
destrozarme.

Grito furioso.
Sal de mí.
No lo conseguirás.

Me apoderaré de tu raciocinio,
quiero destrozarte
y
hundirte.
Quiero que te hundas en el lodo y que la visión blanca del mundo
se ahogue contigo.

El martilleo continuo esta acabando conmigo.

Fracaso, eres un fracaso.

Arrodillado, araño mi cuerpo,
rasgo mi ropa.
Busco ayuda
pero no la encuentro.

Al despertar la mañana
siguiente,
tengo un pequeño dolor de
cabeza
y vagos recuerdos de lo ocurrido.
En la mesilla un folio,
con una pequeña frase
escrita en él:

''Soy un fracasado''.

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